Descubrí que cuando la persona situada frente a mí hablaba de forma que yo interpretaba como
agresiva, mi cuerpo se ponía tenso, y aún más, antes de ponerse tenso mi mente
ya estaba diciendo “y ésta de que va?”.
Descubrí que cuando la persona situada frente a mi hablaba con una sonrisa o rostro sonriente, yo también le sonreía y me relajaba, aunque en algún momento mi mente decía “y por qué sonríe tanto ésta?”.
Descubrí cuanto hablaba mi mente sin yo darme cuenta hasta este momento de Observación.
Descubrí que al comenzar una conversación si esta acababa de forma que mi mente interpretaba “negativa” mi cuerpo acababa destrozado, como si de una paliza hubiera sido protagonista.
Descubrí que al comenzar una conversación si esta acababa de forma que mi mente interpretaba “positiva” mi cuerpo acababa entusiasmado, como un subidón de fin de semana.
Descubrí cuanto poder tenía mi mente sobre mi cuerpo sin yo darme cuenta hasta justo este momento de observación.
Vaya descubrimiento….
No hay comentarios:
Publicar un comentario