Sensación indescriptible es la que tuve al descubrir que trabajar con la tierra me ayuda a centrarme, a relajarme a conectar con lo profundo de mi ser. Confirmando además que ese trabajo da sus frutos, o sus verduras.
Primero cultivé durante casi un año en un terreno de un municipio que me quedaba algo lejos, la presión que ejercía mi parte vaga sobre mí para que no cogiera el coche era agotadora, durante todo ese tiempo me minaba con mensajes del tipo "¿para que vas a ir? tanta distancia para media hora..con lo bien que estás aquí en el sillón" "..y total pa´coger 3 calabacinos y un puñao de tomates, vas a la tienda y lo compras, asunto solucionado.."
En fin frases con el único objetivo de mantenerme quieta en casa, queriendo
poner mi foco de vida en el "relax" que da un sillón, o una televisión.
Llegó un momento, un instante que generó n Cambio de Ciclo importante en mi vida y dejé el
terreno.
Pimientos |
Tomateras y perejil |
Más pimientos....se dan muy bien |
Sin embargo ha pasado el tiempo, y la sensación de estar en contacto con la tierra y de obtener sus frutos, sus hortalizas o sus verduras no la he perdido. Me he dedicado a cultivar en casa, en la terraza, he descubierto que es la mejor forma, al menos para mi cerebro, pues esa lucha interna que intentaba sobornarme con comodidades ya no la tengo.
Disfruto de mi pequeña huerta cuando quiero y como quiero a unos centímetros de mi día a día. Enraizando en unos pequeños metros de tierra, sin más.
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