Invierto parte de las horas dibujando y pintando mandalas, a veces pinto dibujos ya creados y otras creo los mios propios para después darle mano pintura.
Considero que es una herramienta primordial para enraizar, para centrar mis ideas, mis pensamientos, para focalizar, para silenciar, para escuchar, para crear y por ello la uso a menudo. Con este ritmo que el sistema nos marca en ocasiones..., muchas...., demasiadas.... algo tan sencillo como silenciar, escucharnos y focalizar se convierte en tarea con muchos obstáculos, pintando un mandala yo, al menos, consigo ese silencio. ¿Te apetece probar? Seguro te engancha.
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| El último que pinté, pegado en la puerta de mi habitación |
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